¡Cuánta incertidumbre! Sí, si este inicio de curso se caracteriza por algo es por su incertidumbre… ¿horarios de clase presencial de los hijos? ¿cómo van a relacionarse en el colegio? ¿qué vamos hacer ante eventuales contagios? Preguntas y más preguntas para las que aún no tenemos respuesta…
Añadido a la palabra incertidumbre, el COVID o la COVID (no tengo muy claro cómo llamar a este “pesado bicho”) nos ha traído una larga lista de NOES…
Ahora, además de los “tradicionales”: “no saltes en el sofá, no corras por casa, no pegues a tu herman@», y otras lindezas que nos salen sin a veces darnos cuenta, tenemos el: “no te acerques a los compañeros en clase, no compartas tu goma, no podemos celebrar en casa tu cumple con los amiguitos”, etc., etc., etc.
Vamos, que si nos quedamos con esta parte, dan ganas de salir corriendo y no parar hasta… bueno, hasta donde nos dejen que a lo peor tampoco podemos ir muy lejos.
Ya, seguro que todo esto y mucho más llena tu cabeza, encoge tu estómago y carga tu corazón. Lo entiendo perfectamente. Es una situación desconocida y muy intensa para la que necesitamos recursos y estrategias que nos ayuden a no dejarnos abatir…
La buena noticia es que la Disciplina Positiva nos ofrece un montón de estrategias y recursos para convertir las dificultades en oportunidades de aprendizaje para nosotros y nuestros hijos.
¿Cómo te suena si te digo que este nuevo curso es una gran oportunidad para que tu hijo/a desarrolle resiliencia, autonomía, responsabilidad, mejore en la gestión de la frustración, rabia, tristeza…?
Pues sí, te aseguro que se puede vivir como oportunidad…
Eso sí, no te voy a engañar, requiere dedicar tiempo a cambiar la perspectiva y aprender nuevas formas de educar sin premios ni castigos, enfocándonos en lo positivo y actuando desde el respeto mutuo…
¿Te apuntas? Aquí encontrarás mi propuestas de talleres para aprender este estilo educativo de forma vivencial y divertida.